En el inicio de los tiempos el
ser humano descubre la variedad, deduce la cantidad y es entonces –quizá- cuando
inicia su cuestionamiento. Cree que debe medirlo todo, contarlo, calcular,
revisar, verificar datos y así el cómo, cuánto, cuándo, qué tan largo, qué tan
corto, qué tan alto y qué tan bajo adquieren cualidades desproporcionadas en el
diario vivir.
Tratando de encontrar el origen
de la inquietud por contar podemos remontarnos a través de una historia
milenaria que nos lleva hasta la prehistoria. A través de Historiapedia Para entender el presente (2000) descubrimos que se han encontrado restos
arqueológicos que prueban que el hombre antiguo utilizaba huesos pequeños para
contar y quizá resolver los primeros problemas cotidianos a los que debió
enfrentar.
En esa ruta encontramos a los antiguos egipcios quienes conocieron
hasta las fracciones, además de las cuatro operaciones básicas y descubrieron
mecanismos de medición eficaces como codos, palmos o dedos, los que
posiblemente utilizaron como elementos de geometría y arquitectura para sus
colosales construcciones.
Los
antiguos griegos colaboran con nuevas teorías que van desde los números, los
algoritmos hasta los conceptos de divisibilidad y el máximo común divisor. Los
árabes en la Edad Media estudiaron los números decimales, las raíces cuadradas
y cúbicas y, quizá el aporte más importante se dio cuando implantaron el uso de
los números en la forma en que los conocemos hasta nuestros días - los números
arábigos.
Los
estudiosos iban sumando estos conocimientos y así llegaron hasta el
Renacimiento, y es entonces que aparecen los símbolos + y -, el sistema de numeración
abarca áreas de estudio y de la vida común. Hasta se ordena la Biblia
numéricamente. En ese camino encontramos a Descartes con su sistema de coordenadas.
Durante el siglo XVII, la aritmética se convierte en el instrumento básico para
el estudio científico y constituye el mayor apoyo para comprender los fenómenos
sociales y económicos que fueron desarrollándose. Surgen cada vez mayores
necesidades de herramientas más precisas que sirvan de apoyo para consolidar
los conocimientos de la fisiología humana, las ciencias sociales, la
astronomía, la medicina. Y con el desarrollo de la tecnología, en nuestros días
no es posible realizar ninguna investigación válida que no incluya el uso de la matemática,
especialmente de los cálculos aritméticos que permitan cuantificar los hechos
estudiados.
Es muy importante la labor docente al momento de identificar si los estudiantes presentan alguna dificultad de aprendizaje.
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